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Narrador: Probablemente has participado en un proyecto grupal. Tal vez uno de tus compañeros no aportaba mucho, dejándote a ti toda la carga de terminar con el proyecto. Por eso es entendible que la gente tenga sus reservas sobre la idea de una enciclopedia digital infinita, escrita y editada por el público. Pero después de 20 años desde su fundación, Wikipedia tiene más de 55 millones de artículos en 309 idiomas sobre casi cualquier tema que te puedas imaginar, y es visitada por cientos de millones de personas de todo el mundo cada día. Más de 300,000 voluntarios dedican su tiempo para editar, revisar, escribir y discutir sobre cada palabra escrita en Wikipedia – posiblemente es el proyecto grupal más grande de toda la historia.
Wikipedia es un logro cultural gigantesco, y un testimonio del potencial que tiene un grupo de personas trabajando juntos por una causa. Resulta fascinante saber que tantas personas se junten para alcanzar un objetivo y realizar un proyecto mucho más grande que ellos mismos.
En 1985, Live Aid, un concierto de beneficencia dado en varios países y transmitido por televisión, unió al mundo para recaudar fondos para aliviar el hambre en Etiopía. Casi mil novecientos millones de personas se unieron al concierto, desde 150 países en todo el mundo. ¡Eso era casi el 40 porciento de la población mundial!
Una de las partes más memorables de cuando un grupo trabaja por un objetivo común, es cuando el trabajo trasciende el momento.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Alemania fue dividida entre Alemania oriental y occidental. Para evitar que las personas dejaran el Este de Berlin, se construyó un muro largo, desolado e intimidante.
Con 3.6 metros de altura y hecho de puro concreto, 302 torres de vigilancia y 20 bunkers, este muro era patrullado día y noche por soldados con órdenes de disparar a cualquiera que intentara cruzarlo. En los 28 años que este muro se mantuvo en pie, un total de 138 personas murieron tratando de cruzarlo. El muro se convirtió en un símbolo de la represión comunista y la división entre la Alemania del Oeste democrática y la Alemania del Este comunista.
Hasta 1989, una ola de protestas y demostraciones masivas presionaron a la Alemania soviética del Este para permitirle a sus ciudadanos viajar libremente. La tarde del 9 de Noviembre de 1989, Alemania del Este anunció que reduciría las restricciones en los permisos de viaje. El anuncio llevó a miles de personas al muro. Un mar de gente se juntó queriendo cruzar la frontera, tomando de sorpresa a los guardias. La multitud comenzó a gritar ‘Tor auf’, que significa (‘¡Abran la puerta!’)
Los guardias decidieron abrir la puerta, y la turba de personas se desbordó, y todos comenzaron a trabajar juntos, usando mazos, maquinaria e incluso sus propias manos para destruir el muro de concreto, en un acto poderoso y simbólico. La gente guardó pedazos del muro para recordar siempre este momento histórico.
Después de la caída del Muro, la presión continuó acumulándose, hasta que en octubre de 1990, Alemania finalmente fue reunida. Hoy en día todavía hay partes del muro, como un recuerdo de la división que puede ser vencida cuando la gente se une por una causa común. Una obra de grafiti en el muro dice: “Que no se olvide la tiranía de este muro, ni el amor que lo hizo caer.”
La caída del Muro de Berlín fue un acto público de alta escala que trascendió un momento y una nación. Angela Merkel, la ex-canciller alemana, era una joven física en la Alemania del Este Comunista cuando el muro cayó, y dijo esto en un discurso celebrando el 30 aniversario del evento: “El Muro de Berlín, damas y caballeros, es historia, y nos enseña esto: que ningún muro que excluya a la gente y restrinja la libertad será tan alto o tan ancho que no pueda ser destruido.”
La gente se juntó y actuó en nombre de una idea mayor que ellos mismos – la libertad. Este momento público que involucró a miles de personas se convirtió en un momento simbólico de esperanza y unidad.
Hay algo muy especial en el estar juntos, alegrarnos juntos, compartir juntos el dolor o juntos buscar la libertad. Estas experiencias elevan nuestros espíritus y nos hacen participar en realidades mayores a nosotros mismos.
En un mundo cada vez más dividido, hay una necesidad, incluso un hambre, para este tipo de actos simbólicos y trascendentales que nos dan unidad y esperanza. La pregunta es, ¿dónde se encuentran hoy en día?